domingo, septiembre 27, 2009

He admirado a Jesucristo y con el tiempo reconocí en mí una secreta envidia: la de poder curar enfermos con unas palabras o con el sólo movimiento de una mano.

10 comentarios:

Anca Balaj dijo...

Lo haces con tus poemas. Cuánto más locos, más curativos.

fgiucich dijo...

La forma de dominar al mundo. Abrazos.

இலை Bohemia இலை dijo...

pues aunque sea envidia es envidia sana...

Gabiprog dijo...

A mi de pequeño me encantaba dibujar superheroes...

;)

**VaNe** dijo...

Todo ser humano tiene esa capacidad.
Y Ud. ya bastante hace lo propio.
La envidia sólo opacará las palabras sanadoras ;)
Admiro las confesiones...
Beso!

Nerina Thomas dijo...

Con tu palabra sanas nanas amigo, lo has pensado alguna vez?
un abrazo y gracias por estar en "Compañeros de la noche" LT8 Am, Rosario.
www.lt8.com.ar

L.N.J. dijo...

Respeto tu frase, pero no estoy de acuerdo con ella.

Un beso y saludos.

El Aviador Capotado dijo...

Pero, ¿Dios no había muerto?

PD. Resulta más creíble curar enfermos con la mirada y/o la mano, que convertir el agua en vino, que….ya me gustaría encontrar un socio así.

Un abrazo

Unknown dijo...

aminúscula: Graciasssss!!!
Un piropazo! Besos.

Fernando: eh... otro modo de verlo. Gracias.

Bohemia: Eso es. Gracias!

Gabiprog: A mí también. (se me nota, ja) Gracias.

Vane: Gracias, Vane. De las confesiones hablamos y sí, seducen. Besos.

Nerina: Sos muy generosa. No, no lo había pensado y mejor ni lo pienso. Gracias!!! Besos.

lnj: Está muy bien. Me encantaría que me digas de ese desacuerdo, creo que podrías enriquecerme con tu opinión. Gracias. Un beso.

El aviador: Volvioooo!!! Qué genio. Gracias!!! Me hiciste reír. Un abrazo.

Taller Literario Kapasulino dijo...

Sería realmente maravilloso poder hacer eso.
Creo que no es envidia, creo que es maravilloso que quisieras tener ese poder.